Lie to Me es otro programa de televisión post-House M.D. (permítanme ser pretencioso) en el sentido de que se trata de un adorable o interesante patán con daños emocionales experto en algo y su grupo de gente que trabaja para él resolviendo acertijos nuevos en cada episodio.
En este caso el patán es el veterano actor Tim Roth, quién interpreta un psicólogo experto en identificar a la gente que miente, libremente inspirado en el Dr. Paul Ekman, pionero en la investigación de la expresiones faciales. El es jefe de una organización privada que se encarga de asistir a agencias gubernamentales y privadas a resolver situaciones a través de sus técnicas (y montones de pantallas gigantes LCD en sus oficinas de súper-lujo) para descubrir las mentiras.
El gancho principal del programa es el clásico truco de hacer creer al público que se les esta enseñando algo (ciencia forense en C.S.I., por ejemplo), en este caso las formas en que mentimos mediante micro expresiones: gestos sutiles de breve duración que traicionan nuestras verdaderos sentimientos. Esto es reforzado de una manera interesante: casi cada vez que los personajes detectan una mentira es acompañado de un ejemplo en la vida real, por ejemplo, el ahora presidente Barack Obama levantando el dedo cordial de su mano para rascar su nariz cuando se le pregunta su opinión respecto a su contrincante, el senador McCaine, para indicar hostilidad. Lo que quiero decir es que la ciencia detrás del programa esta inspirada en la realidad, pero verlo no te convertirá en un psicólogo, axial como ver C.S.I. no te hará un forense.
El elenco es bueno, la idea es interesante y el gancho es bastante poderoso, pero le falta un mayor sentido de urgencia. Tal vez casos mas interesantes que obliguen al publico a ver su resolución. El programa tiene el mal hábito de repetir en cada episodio una secuencia donde el Dr. Paul Ekman discute con otro de los personajes, una agente que es capaz de identificar mentiras de manera “natural” y ambos personajes terminan haciéndose preguntas personales de su pasado, obteniendo cada uno sus respuestas por sus expresiones únicamente, lo cual nos da un muy breve vistazo a los personajes. La frecuencia con lo que pasa y la manera en que es manejado es casi ridículo, como dos personajes con súper poderes mentales luchando entre sí.
A pesar de iniciar con buenos niveles de audiencia, ha ido de bajada. Ha sido renovada para una segunda temporada de 13 episodios, con nuevo showrunner que anteriormente manejaba The Shield. Espero ese cambio lo convierta en el éxito que puede llegar a ser.