El género de aventuras gráficas está de regreso después de haber caído estrepitosamente hace más de una década. Su accesibilidad se derivaba de combinar una interfaz razonablemente intuitiva con una historia cautivadora, generalmente bellamente ilustrada. En esencia, para jugar estos juegos solo era necesario saber usar un mouse y manejar un inventario de objetos para resolver acertijos. Pero como todo género establecido, con el tiempo se volvió más complejo, al punto de llegar a ser hostil y no se pudo adaptar bien a las gráficas en tercera dimensión. Terminó como un nicho de pequeños desarrolladores europeos.
Fue en la época donde este género se encontraba en su apogeo que uno de sus líderes, Lucas Arts, debutó Sam and Max Hit The Road (1993, PC), basado en el cómic independiente de Steve Purcell. Este juego es considerado un clásico y desafortunadamente nunca tuvo una secuela. Es de la mano de Telltale, una empresa formada por ex desarrolladores de Lucas Arts, que catorce años después tenemos de regreso a este par en 6 episodios mensuales descargables para PC. Cada episodio dura aproximadamente 3 horas y juntos forman una sola historia.
Sam & Max: Season 1 (2008, Wii) es una compilación de la primer temporada, formada por 6 episodios de aproximadamente 3 horas de duración cada uno. Esta colección es más económica que comprar todos los episodios por separado en PC. Es más, por el precio de menos de 2 episodios de la otra aventura gráfica de Telltale, Tales from Monkey Island (2009, Wiiware), puedes tener toda la temporada del famoso par.
Sam es un perro antropomorfo vestido de traje que adora la justicia. Max es una especie de conejo libre de inhibiciones que adora la violencia. Juntos forman la policía freelance al servicio del misterioso comisionado, quien les encarga misiones de lo más extrañas. Todas las misiones tendrán personajes en común, y al final de cada episodio será obvio que hay alguien detrás de todo ¿pero quién de todos los personajes?
Cada episodio tiene una estructura similar: Sam y Max reciben una llamada del misterioso comisionado, quien les encarga una misión que involucrará comprar cosas ridículamente caras del dudoso supermercado de Bosco, además de una visita a Cybil, la vecina que cambia de vocación como quien cambia de calcetines.
Más de la mitad de la diversión de un juego de aventura es la historia, ya que sin esto se vuelve un montón de fríos acertijos mecánicos sin motivación que cautive al jugador. Es en esta área dónde acierta, con cada episodio siendo más cómico que el anterior, seguro te arrancará al menos algunas sonrisas. Las actuaciones son decentes, siendo Max quién se roba las escenas. Gráficamente es sencillo, y en la cuestión musical su banda sonora de jazz es muy buena.
La mecánica de juego es sencilla y como en los juegos de Lucas Arts no es posible perder, así que puedes tratar toda clase de combinaciones de opciones para poder avanzar, casi todas ellas recompensadas con alguna frase cómica o ingeniosa. Afortunadamente existen pocos momentos donde te quedes atorado y la única manera de seguir adelante sea probando combinaciones a la fuerza bruta. También es posible jugar los episodios en el orden que gustes.
El aspecto técnico se encuentra lamentablemente plagado de bajo frame rate y frecuentes tiempos de carga, siendo el cuarto episodio el que mejor se desempeña por presentar menos elementos en pantalla. Los tiempos de carga son especialmente malos ya que en esta clase de juegos es necesario ir y regresar a locaciones con frecuencia. Una parte molesta es que hay desplazarse mucho en el juego, y para correr de un lugar a otro es necesario presionar dos veces el botón “A”. Debido a que Sam camina muy lento, te la vas a pasar presionando el botón con mucha frecuencia. Fuera de ese detalle, el Wiimote es el control ideal en consolas para los juegos de aventura y es bien empleado, aunque muy ocasionalmente por ser un ambiente 3D puedas fallar en seguir exactamente la ruta que quieres caminar.
A pesar de los detalles técnicos y su lento arranque, la primer temporada de Sam & Max está bien lograda. De conservar la inercia que lleva, la segunda temporada podría ser un clásico. Imperdible para los que buscan una aventura cómica y sencilla o que recuerden con afecto el género de aventuras gráficas.